Ya no sé si es la mota, o simplemente son los años y la vida que llevo ahora. Estoy en un momento de la vida en que casi toda la información que recibo del exterior es reinterpretada de una manera totalmente distinta a como lo hacía antes. Mucha de mi ideología ha cambiado a lo largo de estos ya casi dos años. Conceptos, estereotipos, prejuicios han ido dando paso a un nuevo sistema de pensamiento.
Me impresiona como las mismas cosas, de antaño conocidas, cobran nuevos significados cuando la vida las vuelve a poner frente a mi, replantéandolas ante mi nueva capacidad de asimilación.
Desde que nací, hasta por ahí de los 13 años fui una fiel católica, apostólica y romana. Educada en una familia que pretendía preservar la tradición religiosa. Fui bautizada, presentada, comulgada y llevada a misa cada domingo sin falta. Las visitas semanales a la casa de dios eran parte de mi familia, parte de quién era yo en ese momento.
Muy al principio, y como creo que a todo niño pequeño le pasa, la iglesia, el padre, la eucaristía, representaban símbolos de algo "bueno" al que se le debía tratar con mucho respeto (a veces hasta con miedo: "no te mueves, calláte, diosito se va enojar, se te va aparecer el demonio" blablabalaba), aunque en ese momento no entendiera el por qué. Después ingresé a una escuela de monjas en la que más de la mitad del día estaba consagrado a dios, me fueron explicando el por qué de muchas cosas (obvio su versión remasterizada), me contaron muchas historias en las que al final del día el protagonista siempre era salvado por su dios. Y yo no tuve como negarme, con mis 7 u 8 años (probablemente), no pude rechazar la idea de que alguien en el cielo me vigilaba, me cuidaba, sabía cuando me equivocaba y me perdonaría por ello si iba con mi parroco de confianza y le contaba todo (así o más voyeur?).
Hubo una etapa, ya casi al final, en que lo disfruté mucho. Era (soy?) devota de San Francisco de Asis (hombre al que continúo admirando), acostumbraba cantar "Házme un instrumento de tu paz", creía que al entonarla transmitía su menasaje y ayudaba al mundo a ser un lugar mejor. Su vida y su obra siempre me han inspirado a dejar todo aquello que me ata y caminar hacia otro lugar con mi única posesión (yo misma).
Empecé a entender el rito, llevándolo a cabo con gusto, con aflicción, con arrepentimiento. Dejé de repetir como perico y comprendí varias oraciones. Todos los días teníamos la opción de ir a comulgar a la capilla de la escuela, no saben el orgullo que representaba pasar por el cuerpo de cristo sin hacer escala en el confensionario, era una buena señal: te habías portado bien.
A lo lejos, no atinó a decir cuál fue el punto de quiebre entre el catolicismo y una servidora. No recuerdó el día en que desperté y decidí no pertenecer más. Probablemente ese día nunca haya ocurrido, lo más seguro es que paulatinamente fui descubriendo el mundo más allá de las fronteras pre-establecidas y así de paulatino decidí que áquello ya no me servía.
A qué va toda esta reseña?
Primero, me serviría de introducción para explicar mi punto. Segundo, no lo planeé así, pero fue lindo recordar mi paso por las filas del todopoderoso.
Ok, ahí va el punto: Ayer ví The last Temptation of Christ de Scorsese y me llevé una gran sorpresa. Nunca antes la había visto, creo que fue lo mejor. Ayer después de recojer a mi bro en el aeropuerto pachequeamos agusto y nos dispusimos a ver la movie. Es impresionante como con cada escena estaba admirada, cada capítulo (que refiere a los diferentes pasajes contados por los Evangelios) me sorprendía cada vez más.
Jesús era un hombre de carne y hueso. Jesús mentía, deseaba a una mujer, no estaba seguro de su procedencia divina, sufría por ello, lidiaba con sus instintos, los contenía. Jesús (más allá si existe como personaje histórico) fue un hombre, un ser humano que al igual que yo, que ustedes tuvo que elegir. Al final la decisión termina en el mismo punto de la vieja historia, sin embargo ayer, la mota o mi nuevo sistema de percepción, me permitió re-leer la historia que con tanto esfuerzo, mis padres, mis maestros y la sociedad misma se empeñaron en enseñarme.
Y creo que fuera del tema (o personaje) en cuestión, lo rescatable de anoche fue sólo eso: Aprender a re-aprender, a mirar las cotidianeidad con ojos diferentes todos los dias, tratar de que el mar no sea azul siempre...
Btw, sé que ni me invitaron y que probablemente ni lo hagan, pero creo que este post cabe en los "Principios" de este nuevo espacio http://recolectivo.blogspot.com/
Se lo lavan, cual Pilatos lo hiciera!
4 comentarios:
Aquel que canta ora dos veces.
Es visto como 'cool' el ser agnóstico aunqueno se sepa el significado real, o simplemente ateo. Pero al final, pienso que todos necesitamos creer en algo, real o místico. Y la vida no es tan sólo lo cotidiano, hay más, mucho más, pero que pereza nos da a veces buscarlo.
Saludos.
la òpinión de Isabel Allende sobre el sexo es interesantísima!
es algo así como la historia de la opresión-liberación-opresión, o sea, los años 50 y las niñas de colegios de monjas, luego los beatles y luego el sida !
al final, me quedo con que todo es un regreso a los basics !!!
Que te puedo decir que no sepas ya o que no hayas re-descubierto ya. Me gusto mucho ver como describes ese momento, pues de alguna manera muchos (yo en lo particular) se identifican con ese punto de quiebre. Son muchos los detallitos por los que la religion es el opio del hombre, mas no asi la fe que emana del interior de cada ser.
Tal vez como dijo el Filio, "habra que creer..."
muy chido el post...
pero más chingon tu ultima idea: ni me invitaron jajajaja!
saludos... ah maldita envidia como abunda jajajaja!!
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