Elías...

El es Elías y hoy quiero contarles su historia...

Nació un 18 de marzo en Marquina, un pintoresco pueblito del País Vasco. Cuando tenía como 5 años cruzó el charco junto con sus padres y su hermana menor para establecerse en otro pintoresco pueblito: Tulancingo, Hidalgo.

Su padre, un vasco de carácter recio, decidió probar suerte en América con una fábrica de textiles. Siguiendo las costumbres de la época su abnegada esposa no hizo más que empacar las cosas, cargar a los chamacos y empezar una nueva vida en un continente que no conocía.

Elías y Carmenchú (como le decía su papá) eran españoles de nacionalidad, pero poco a poco se fueron convirtiendo en mexicanos por convicción. El acento y los modismos españoles no pudieron hacerse del lado, todavía se podía escucharlos diciendo: "me cago en la leche". Pero sus costumbres paulatinamente se fueron modificando.

Al cumplir 12 años, Tulancingo ya no podía ofrecerle a Elías más educación, así que tuvo que trasladarse a la ciudad de México para ser inscrito en un internado, del cual sólo podía salir los fines de semana para visitar a la familia. Por alguna extraña razón (que hasta el momento desconozco) Elías no viajaba los fines de semana a su casa, en vez de eso se quedaba en México en la casa de su tía (hermana de su madre, casada con un mexicano sin posiblidad de concebir). Según lo que alguna vez me contó, le cagaba el internado, lo único bueno que sacó de ese lugar fueron las amistades y el hábito de desayunar huevo con frijoles.

Terminados sus años de secundaria, salió del internado e ingresó al CUM (maristas, dyack!), por lo que la familia decidió que se quedara a vivir en casa de los tios. Fue un alumno de buenas calificaciones, sin embargo su "conducta" no era muy buena, por esas fechas solían llamarlo "Satanás"( imagine!). Cursó 2 licenciaturas: Comunicaciones e Ingeniería Química, la primera en la Ibero, la segunda en la UNAM, de ninguna de las dos se recibió.

No recuerdo bien la fecha, probablemente debió ser cuando tenía 20 años, Elías iba de fin de semana con sus amigos hacia Acapulco, cuando de pronto el pavimento se atravesó con su cara a una velocidad de 180 km/hr. Su madre fue a reconocerlo a la morgue cuando los doctores le dijeron que se habían equivocado que no había muerto, pero que estaba a 5 min. de hacerlo. Apegado a su frase "hierba mala nunca muere" Elías no quedo ahí, después de no sé cuantas puntados en la cara y diversas fracturas en el cuerpo, se recuperó.

Para esto, la familia ya se había mudado a la ciudad de México y después de su accidente Elías regresó a vivir con ellos. El padre murió poco después, Elías se quedó como el jefe de la familia, ahora él era responsable de su madre y su hermana. Empezó a trabjar en Dupont gracias a las palancas que tenía su tío político, quien trabajaba ahí. No sé bien que hizo, pero lo corrieron, y así comenzó su peregrinar en el mundo laboral. En esta etapa de su vida Elías era un casanova, traía un montón de viejas tras él y aparte se daba el lujo de hacerse del rogar.

Diez años después de su accidente volvió a chocar, esta vez se estampó a mitad de Eje central (hoy Lázaro Cárdenas), no sé cómo, pero cuenta que el coche terminó arriba de una palmera (a veces creo que eso era pura exageración suya!). El caso es que el accidente no fue muy aparatoso, pero al hacerle unas tomografías de cajón, encntraron que tenía un tumor en la cabeza, secuela del accidente anterior. Y que obvio, si no hubiese sido por éste último no hubieran podido diagnosticar el tumor y habría muerto súbitamente 6 meses después.

Después del dianóstico,el pronóstico era desfavorable . Tratarían de extirpar, pero las opciones de recuperación era muy pocas. Sus alternativas eran: Panteón español, Asilo Mundet o la Castañeda. Los tres muy drásticos y bastante desalentadores. Cuentan las malas lenguas que después de doce horas de operación y unas cuantas de recuperación el pacientito ya andaba correteando enfermeras y pidiendo cigarros. Recuerden: " Hierba mala nunca muere".

Recuerdan a los tiós con los que vivía? Bueno, pues un buen día decidieron irse a una excursión en el sureste mexicano, ahí conocieron a varias personas, a las cuales les organizaron una cena al regresar a México. Ese día Elías fue de puro churro a casa de sus tíos y ahí conoció a una muchacha de ojos muy grandes.

Después de algunos meses de pretenderla, se convirtió en su novio oficial y meses después se casaron. Entró a trabajar a la UNAM, a la Dirección General de Asuntos Escolares. Se embarazaron y tuvieron a su primogénito. Tres años después nació la niña, ya tenía la parejita!

Elías y su esposa siempre tuvieron problemas, la verdad es que Elías padecía de mamitis aguda, So los pleitos en la casa no se hicieron esperar. A veces parecía como si a él sólo le importaran sus hijos, él era feliz llevándolos al parque, jugando con ellos, ayudándolos en sus tareas. En la noche le gustaba mucho leerles cuentos, juntos recitaban el padre nuestro y el angel de la guarda antes de dormir. Era un padre excelente.

...


Hoy estoy triste, así que si sigo escribiendo creo que empeoraré la situación. Espero pronto animarme a terminarles de contar esta historia. Por lo pronto hoy me quedó con la satisfacción que me dió escribir esto, con las breves sonrisas que esbocé al recordar las diferentes anécdotas de este hombre.

Un beso...

P.d: Mi ejercicio de Metatextos apesta, así que mejor no vayan!