Llevo apenas un día aquí y parece que han pasado mínimo tres. El tiempo sucede muy lento y más cuando estás a expensas de un seudo ogro (como Luis) y una cuñada a la que todavía no le tienes mucha confianza (Karen). Espero que pronto se pase está sensación medio incómoda.
Por otro lado, se avecina un huracán que amenaza con destruir las costas de la penínisula de Yucatán, entre ellas Playa del Carmen. La gente anda como loca, todo mundo va a la super por provisiones, las gasolinerias están hasta su madre, el tráfico (que se supone aquí no hay) se pone denso y la gente no respeta y te avienta el coche bien feo, -todo pareciera un plan maestro pa' que no extrañe el Df-. Se supone que el huracan tocará Playa el domingo por la noche, yo sigo pensando que no es para tanto, espero no equivocarme!!!!
El calor está de la chingada, hace que te sude hasta el tuétano. Pasar del agobiante calor a la refrescante brisa del aire acondicionado es un sueño hecho realidad, pero creo que afectará un poco mi garganta, de hecho ya lo estoy resintiendo.
Poniendo en una balanza las cosas, a pesar del calor, del huracán y de qe todavía no termino de adaptarme a mi nueva familia... prefiero mil veces esto que estar con mi mamá.
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