jueves, abril 30, 2009

In my road (Chapter 12)...

La naturaleza reanuda su camino, sale de la madriguera, se estira, bosteza, voltea hacia atrás mientras contempla nostálgicamente el final del invierno. “Estimados ciudadanos del mundo: se les informa que ya despertó, parece que viene molesta, se recomienda tomar las precauciones necesarias, recuerde: si es necesario estornudarle hágalo con confianza, el estado no intervendrá en dicha disputa.” Y ahora qué? A dónde queda eso de a mi todos me la pelan? El hombre más grande que conozco se lava las manos cada cinco minutos. No saben la risa que produce, de pronto hasta te sientes culpable, en secreto le agradeces a la catástrofe por traer un poco de cordura. La cotidianeidad se interrumpe, la economía se derrumba, las calles se vacían, el pueblo lo resiente, presiente que algo va mal, desconfía, su escepticismo se alimenta de la inconsistencia en la información disponible. Ya lo sabemos! Prefiere echarle la bolita al de enfrente y no responsabilizarse, es más fácil, le evita pensar…

1 comentario:

Luisz dijo...

Yo me lavo las manos cada cinco minutos, pero por manía y desde antes, desde siempre.

¡Copiones!

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