De pronto la pinche sonrisa esa aparece iluminándome la cara, abró el cel y vuelvo a leer el mensaje, la neta no sé que contestar... Ashhhh! me siento como puberta, sin saber si le contesto o no, con ganas de llamarle a mi mejor amiga para contarle y que me ayude a decidir que hacer. Cuántos años se supone que tengo? Cuántas situaciones de este tipo se supone que he enfrentado en mi vida? Por qué sigue siendo como la pinche primera vez? Por qué se siguen sientiendo las mariposas reboloteando en la panza?
Lo único diferente entre todas estas constantes, es el miedo, ese miedo que los madrazos anteriores me han enseñado, ese recelo hacia la situación, ese "tranquila, olvidate del chivo en cristalería". Por qué ahora me detengo a pensar en las consecuencias de algo que ni siquiera ha empezado?
Chale! Para aumentar el grado de dificultad, la canción con la que solía rasgarme las vestiduras...
Qué hago? qué hago? qué hago? qué hago? qué hago? qué hago? qué hago? qué hago??????????
1 comentario:
la única prueba que vale es seguir el camino con 💟 y atravesar toodo su largo 👊 y no decir que hace frío aunque te cobije el hielo
Publicar un comentario