Surge un vacio intenso que se posa en la parte baja del abdomen, se acomoda ahí, se apropia del espacio.
Las manecillas indican el constante, pero lento transcurrir de su camino. No tienen prisa.
Pasado, presente y futuro: conceptos que no tienen sentido durante el trance.
Fantasía y realidad parecen no delimitarse, la frontera entre ellas ha desaparecido enfrentando dos mundos, dos vidas, que nunca antes se habían encontrado.
El exterior llama, retroceder parece imposible. La abrupta desconexión da paso al reconocimiento.
El vacio se esfuma o eso se cree. Una vez más se ha llevado acabo la transacción.
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