Luces centellantes, oscuridad total
en un vaivén multicolor
tus manos entrelazan las mias;
el calor de tu cuerpo oprime mi pecho
siento tu respiración en mi.
Las pupilas intercambian reflejos
el momento ha llegado.
Silencio a nuestro alrededor
solo tu palpitar y el mio,
susurras algo en mi oído
algo parecido a un suspiro.
La quietud nos arrulla
sándalo en el aire
comienza la magia.
La sonrisa aparece iluminando mi rostro
acaricias mi cabello y te pierdes en él;
dulce veneno derraman tus manos
succiono tu dedo para embriagarme de ti.
El amanecer ha llegado,
el objetivo se ha cumplido:
la perfección junto a ti.
Ana 2003
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