A casi un mes de empezada la primavera la líbido parece no poder contenerse. sube, baja, viene, va y derepente se posa en la parte baja de mi abdomen provocando un sin fin de sensciones que no puedo explicar.
Sería fácil echarle la culpa a la canícula o ya de perdis a cupido, pero prefiero responzabilizarme por cualquier plato roto que pueda resultar.
La energía está ahí, vive dentro de mi y día con día me impulsa, me lleva, me dirige y yo más bien, flojita y cooperando.
Se siente rico, entre calorcito y una brisa indescriptible. Será que ya es hora?